

Durante sus paseos por bosques y prados, redescubra el placer de recoger plantas silvestres comestibles.
La recolección va en aumento. Lo practicamos, por supuesto, en nuestro jardín, pero también en los caminos rurales, redescubriendo las numerosas plantas silvestres comestibles que crecen a lo largo de los caminos, en los prados, en los setos y en los bosques. Hojas, flores, bayas: según la planta, se come una o más partes, aportando sabor, vitaminas y un toque de originalidad a tus platos.
Pero ojo, para ser un buen recolector debes respetar varias reglas. Primero identifique la planta con precisión, utilizando, por ejemplo, una guía botánica. Coge sólo la parte que te interese cortándola, sin romper entonces toda la planta. Y por último, recoger en lugares no contaminados, alejados de campos cultivados.
Si necesita asesoramiento, sepa que muchas asociaciones naturales ofrecen introducciones a la recolección de plantas silvestres.
Hojas, flores, bayas…
Entre las plantas más fáciles de identificar se encuentran las “malezas” como el diente de león , la ortiga o el plátano, que tienen múltiples usos culinarios. ¡Quizás no tengas que alejarte mucho de tu jardín para recolectar algunos!
Las hojas tiernas del diente de león, que recuerdan a la rúcula , se comen en ensaladas, al igual que sus botones florales. Las hojas de ortiga picadas , ricas en minerales, sustituyen fácilmente a las espinacas en una tortilla, un pastel, una sopa… Lo mismo ocurre con las hojas de plátano.
En los setos rurales, se recogen las flores de saúco , deliciosas en buñuelos y almíbar, y luego, en otoño, las bayas, para hacer mermelada . Lo mismo ocurre con los escaramujos, los frutos de la rosa mosqueta .
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En la maleza, cosecha ajos silvestres para aromatizar tus platos. También encontrarás violetas , perfectas para colorear una macedonia o aromatizar el azúcar.
A lo largo de los caminos rurales, recoja flores de margaritas y amapolas . Los primeros se comen en buñuelos, los segundos en ensaladas, en tartas, confitados o en almíbar.
Encuentre consejos y recetas en el libro de Isabelle Hunault, “Plantas silvestres comestibles”, publicado por Ulmer.